Cada 11 de septiembre festejamos el dia del maestro, el porque se eligió esta fecha, se debe a que el
11 de Septiembre de 1888 falleció
en Asunción, Paraguay, Domingo Faustino Sarmiento. En su homenaje,
se celebra en esta fecha el Día del
Maestro.
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Domingo
Faustino Sarmiento nació en San Juan -República
Argentina- el 15 de febrero de 1811, y murió en Asunción
del Paraguay, el 11 de septiembre de 1888. |
Este ilustre prócer llegó a ser, desde su multifacética
obra, un gran luchador y una de las figuras más importantes
de la historia latinoamericana: fue maestro, subteniente de
milicias, escritor, periodista, senador, ministro, director
general de escuelas, sociólogo, diplomático,
gobernador, hasta convertirse en presidente de la Argentina.
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Nosotros hemos elegido para homenajear a nuestros maestros argentinos, el cuento de Virtudes Choique, con el cual trabajaron los chicos de Aceleración TT, realizando una lindísima fotonovela.
Aca les dejamos el hermoso cuento, el cual resume la esencia de nuestra profesión.
FELIZ DIA DEL MAESTRO!!!!!
Virtudes Choique
Había una vez una escuela en medio de las
montañas.
Los chicos que iban a aquel lugar a estudiar, llegaban a caballo, en burro, en
mula y en patas.
Como suele suceder en estas escuelitas
perdidas, el lugar tenía una sola maestra- una solita, que amasaba el pan,
trabajaba una quintita, hacía sonar la campana y también hacía la limpieza.
Me olvidaba: la maestra de aquella escuela
se llamaba Virtudes Choique. Era una morocha más linda que el 25 de Mayo.
Y me olvidaba de otra cosa: Virtudes Choique ordeñaba cuatro cabras, y encima
era una maestra llena de inventos, cuentos y expediciones. (Como ven, hay
maestras y maestras).
Esta del cuento, vivía en la escuela. Al
final de la hilera de bancos,
tenía un catre y una cocinita.Allí vivía, cantaba con la guitarra, y allí
sabía golpear la caja y el bombo.
Y ahora viene la parte de los chicos.
Los chicos no se perdían un solo día de clase.
Principalmente, porque la señorita Virtudes tenía tiempo para ellos. Además,
sabía hacer mimos, y de vez en cuando jugaba al fútbol con ellos.
En último lugar estaba el mate cocido de leche de
cabra, que Virtudes servía cada mañana.
La cuestión es que un día Apolinario Sosa volvió al rancho y dijo a sus padres:
- ¡Miren, miren ... ! ¡Miren lo que me ha
puesto la maestra en el cuaderno!
El padre y la madre miraron, y vieron una
letras coloradas. Como no sabían leer, pidieron al hijo que les dijera-
entonces Apolinario leyó:
- "Señores padres: les informo que su hijo
Apolinario es el mejor alumno".
Los padres de Apolinario abrazaron al hijo,
porque si la maestra había escrito aquello, ellos se sentían bendecidos por
Dios.
Sin embargo, al día siguiente, otra chica
llevó a su casa algo parecido.
Esta chica se llamaba Juanita Chuspas, y
voló con su mula al rancho para mostrar lo que había escrito la maestra:
- "Señores padres: les informo que su
hija Juanita es la mejor alumna".
Y acá no iba a terminar la cosa. Al otro
día Melchorcito Guare llegó a su rancho chillando como loco de alegría:
- ¡Mire mamita,... ! ¡Mire, Tata... ! La
maestra me ha puesto una
felicitación de color colorado, acá. Vean: "Señores padres: les informo
que su hijo Melchor es el mejor alumno".
Así a los cincuenta y seis alumnos de la
escuela llevaron a sus ranchos una nota que aseguraba: "Su hijo es el
mejor alumno".
Y así hubiera quedado todo, si el hijo del
boticario no hubiera llevado su felicitación. Porque, les cuento: el boticario,
don Pantaleón Minoguye, apenas se enteró de que su hijo era el mejor alumno, dijo:
- Vamos a hacer una fiesta. ¡Mi hijo es el mejor
de toda la región! Sí. Hay que hacer un asado con baile.
El hijo de Pantaleón Minoguye ha honrado a su padre, y por eso lo voy a
celebrar como Dios manda.
El boticario escribió una carta a la
señorita Virtudes. La carta decía:
-"Mi estimadísima, distinguidísima y
hermosísima maestra:
El sábado que viene voy a dar un asado en honor
de mi hijo. Usted es la primera invitada. Le pido que avise a los demás
alumnos, para que vengan al asado con sus padres. Muchas gracias. Beso sus
pies, Pantaleón Minoguye; boticario".
Imagínese el revuelo que se armó.
Ese día cada chico voló a su casa para
avisar del convite.
Y como sucede siempre entre la gente
sencilla, nadie faltó a la fiesta.
Bien sabe el pobre cuánto valor tiene reunirse, festejar, reírse un rato,
cantar, saludarse, brindar y comer un asadito de cordero.
Por eso, ese sábado todo el mundo bajó
hasta la casa del boticario, que estaba de lo más adornada. Ya estaba el
asador, la pava con el mate, varias fuentes con pastelitos, y tres mesas
puestas una al lado de la otra.
En seguida se armó la fiesta.
Mientras la señorita Virtudes Choique
cantaba una baguala, el mate iba de mano en mano, y la carne del cordero se iba
dorando.
Por fin, don Pantaleón, el boticario, dio
unas palmadas y pidió silencio.
Todos prestaron atención.
Seguramente iba a comunicar una noticia
importante, ya que el convite era un festejo.
Don Pantaleón tomó un banquito, lo puso en
medio del patio y se subió.
Después hizo ejem, ejem, y sacando un papelito leyó el siguiente discurso:
- "Señoras, señores, vecinos, niños.
¡Queridos convidados! Los he reunido a comer el asado aquí presente, para
festejar una noticia que me llena de orgullo. Mi hijo mi muchachito, acaba de ser
nombrado por la maestra, doña Virtudes Choique, el mejor alumno. Así es. Nada
más, ni nada menos...
El hijo del boticario se acercó al padre, y
le dio un vaso con vino.
Entonces el boticario levantó el vaso, y continuó:
Por eso, señoras y señores, los invito a
levantar el vaso y brindar por este hijo que ha honrado a su padre, a su
apellido, y a su país. He dicho".
Contra lo esperado, nadie levantó el vaso. Nadie
aplaudió. Nadie dijo ni mu.
Al revés. Padres y madres empezaron a
mirarse unos a otros, bastante serios. El primero en protestar fue el papá de
Apolinario Sosa:
- Yo no brindo nada. Acá el único mejor es
mi chico, el Apolinario.
Ahí nomás se adelantó colorado de rabia el
padre de Juanita Chuspas, para retrucar:
- ¡Qué están diciendo, pues! Acá la única
mejorcita de todos es la Juana,
mi muchachita.
Pero ya empezaban los gritos de los demás, porque
cada cual desmentía al otro diciendo que no, que el mejor alumno era su hijo. Y
que se dejaran de andar diciendo mentiras.
A punto de que don Sixto Pillén agarrara de
las trenzas a doña Dominga Llanos, y todo se fuera para el lado del demonio,
cuando pudo oírse la voz firme de la señorita Virtudes Choique.
- ¡Párense... ! ¡Cuidado con lo que están
por hacer ... ! ¡Esto es una fiesta!
La gente bajó las manos y se quedó quieta.
Todos miraban fiero a la maestra. Por fin, uno
dijo:
- Maestra: usted ha dicho mentira. Usted ha dicho
a todos lo mismo.
Entonces sucedió algo notable. Virtudes Choique
empezó a reírse loca de contenta. Por fin, dijo:
- Bueno. Ya veo que ni acá puedo dejar de
enseñar. Escuchen bien, y abran las orejas. Pero abran también el corazón.
Porque si no entienden, adiós fiesta. Yo seré la primera en marcharme.
Todos fueron tomando asiento.
Entonces la señorita habló así:
- Yo no he mentido. He dicho verdad. Verdad que
pocos ven, y por eso no creen. Voy a darles ejemplo de que digo verdad:
"Cuando digo que Melchor Guare es el mejor
no miento. Melchorcito no sabrá las tablas de multiplicar, pero es el mejor
arquero de la escuela, cuando jugamos al fútbol...
"Cuando digo que Juanita Chuspas es la mejor
no miento. Porque si bien anda floja en Historia, es la más cariñosa de
todas...
"Y cuando digo que Apolinario Sosa es mi
mejor alumno tampoco miento. Y Dios es testigo que aunque es desprolijo, es el
más dispuesto para ayudar en lo que sea...
"Tampoco miento cuando digo que aquel es el
mejor en matemáticas... pero me callo si no es servicial.
"Y aquél otro, es el más prolijo.
Pero me callo si le cuesta prestar algún útil a
sus compañeros.
"Y aquélla otra es peleadora, pero escribe
unas poesías preciosas.
"Y aquél, que es poco hábil jugando a la
pelota, es mi mejor alumno en Dibujo.
"Y aquélla es mi peor alumna en ortografía,
¡pero es la mejor de todos a la hora de trabajo manual!
"¿Debo seguir explicando? ¿Acaso no
entendieron? Soy la maestra y debo construir el mundo con estos chicos. Pues
entonces, ¿con qué levantaré la patria? ¿Con lo mejor o con lo peor?
Todos habían ido bajando la mirada. Los padres
estaban más bien serios.
Los hijos sonreían contentos.
Poco a poco cada cual fue buscando a su chico. Y
lo miró con ojos nuevos.
Porque siempre habían visto principalmente los defectos, y ahora empezaban a
sospechar que cada defecto tiene una virtud que le hace contrapeso. Y que es
cuestión de subrayar, estimular y premiar lo mejor.
Porque con eso se construye mejor.
Cuenta la historia que el boticario rompió el
largo silencio. Dijo:
- ¡A comer ... ! ¡La carne ya está a punto, y el
festejo hay que
multiplicarlo por cincuenta y seis ... !
Comieron más felices que nunca. Brindaron.
Jugaron a la taba. Al truco. A la escoba de quince. Y bailaron hasta las cuatro
de la tarde.
Miremos con buenos ojos a los demás cada quien
tiene por ley de Dios algún defecto pero por ello debemos despreciarlo nooooo,
todo lo contrario busquemos las buenas acciones de cada quien todos al fin y al
cabo tenemos un lado bueno y uno malo destaquemos ese lado bueno y tratando así
de minimizar el malo, busquemos en cada ser humano ese lado positivo que tanta
falta nos hace no podemos cambiar el mundo pero si podemos sobrellevarlo de una
mejor manera poniendo cada uno de nuestra parte, empezando el día quizás con
una sonrisa con un "Buenos Días", o con un abrazo a la persona que
nos rodea, es tan simple, vale tanto y cuesta tan poco.
Juntos podemos hacer la diferencia y alegrar el
día a una persona, tomemos esta enseñanza porque dentro de cada ser humano hay
algo bueno que buscar no lo dejemos guardado para cuando pensemos sea necesario
si no todo lo contrario demos lo mejor a cada momento día a día minuto a
minuto, no sabemos cuando será el ultimo.
Autor: Joaquin Duran
A los chicos de Aceleración 6/7 t.tarde, les encantó este cuento, así que con su señorita y la ayuda de varios profes y docentes, armaron este video que les dejamos aquí.
Ellos resumieron el cuento, encontraron imágenes para representar, hiceron dibujos y entre todos decidimos las fotos que lo cuentan, casi una fotonovela.
FELICITACIONES A LOS CHICOS DE ACELERACIÓN Y A SU SEÑO !!!!!!
Ahhhh, y muchas gracias a todos los que con una sonrisa se prestaron a ayudarnos.