El duelo entre Amazon y Hachette definirá la forma en que compramos y leemos
El enfrentamiento de Amazon con editoriales de Estados Unidos y Alemania es mucho más que un conflicto comercial por los márgenes de beneficios sobre los libros electrónicos. Para muchos profesionales del sector se trata de una guerra cuyo resultado definirá el futuro del libro. “Esto es muy importante, mucho más de lo que creemos”, asegura una editora con años de experiencia que, como muchas de las personas consultadas para elaborar este reportaje, prefiere no ser citada por su nombre porque los acuerdos que las editoriales firman con Amazon están protegidos por una cláusula de confidencialidad o porque declinan entrar en un debate público con el gigante de las compras en Internet. “Hemos alcanzado un punto en el que lo que está en juego es la sostenibilidad de todo el ecosistema del libro. Puede parecer una declaración demasiado dramática, pero es así”, afirma Antonio Ramírez, propietario de la cadena de librerías La Central.
“La resolución de este conflicto va a crear un precedente en todo el mundo”, señala Javier Celaya, responsable del portal dosdoce.com y experto en el libro electrónico. “Esto va a marcar el futuro del mercado y, sobre todo, el de los libros electrónicos”, declaró a The New York Times el agente alemán Matthias Landwehr, varios de cuyos autores se han visto afectados por el enfrentamiento. España no se ha visto alcanzada todavía por la primera guerra mundial del libro, pero, como afirma un editor alemán que también pidió no ser identificado, “llegará cuando Amazon tenga la fuerza suficiente”. “El precio fijo no nos protege porque no se trata de una guerra de precios, sino de los márgenes que se lleva la editorial o el vendedor. Si dependes tanto de un vendedor, tienes todas las de perder. Si Amazon gana, tratará de extender el conflicto a otros países”, agrega Celaya.
¿Qué es lo que ha ocurrido? ¿Por qué esta vez es tan importante? La respuesta a esta segunda pregunta tiene que ver con su poder: Amazon ya controla en torno al 60% del mercado del libro en EE UU y cerca del 25% en Alemania. En el caso de los libros electrónicos, en 2010 controlaba casi el 90% del mercado estadounidense, aunque en estos últimos cuatro años Apple se ha convertido en un competidor importante y ha reducido su dominio hasta el 65%. No resulta fácil conocer los detalles de su presencia en el mercado español porque Amazon es una empresa muy secretista: no proporciona datos sobre el número de Kindle, su lector de libros electrónicos, que vende, ni sobre el porcentaje que los libros representan en sus ventas totales, ni sobre la diferencia con sus competidores, ni, en realidad, sobre casi nada. Los datos que está obligada a entregar en EE UU revelan que en todo el mundo sus ventas netas en 2013 fueron de 74.450 millones de dólares, un 22% más que en 2012. El beneficio global fue de 274 millones. En España, Amazon factura a través de Luxemburgo, por lo que no es posible conocer tampoco sus ventas, aunque su filial española, que recoge la facturación de productos desde su centro logístico de San Fernando de Henares, en 2013aumentó un 65% la cifra de negocio (de 10,56 a 17,46 millones) con respecto al ejercicio anterior. Sólo una pequeña parte de ese porcentaje corresponde a la venta de libros. En todo el mundo, según una investigación de la revista The New Yorker, representan el 7% de sus ventas.
En el mercado del libro electrónico existen dos fórmulas para marcar los precios. La llamada “del agente” consiste en el que el editor fija el precio del libro y se reparte el dinero con el vendedor (70% para la editorial, que paga a su vez al autor; 30% para el vendedor es el porcentaje habitual). El segundo sistema, llamado reseller, funciona en los países sin precio fijo: el editor pacta el precio al que vende el libro y luego el vendedor pone el precio que quiere. Los editores aseguran que la empresa de Jeff Bezos llega a vender el libro perdiendo dinero para ofrecer precios más bajos que la competencia. La guerra comercial actual, siempre según fuentes del sector y la prensa estadounidense y alemana porque un portavoz de Amazon no ha querido hacer comentarios, consiste en que quieren cambiar los porcentajes —según el blog Futurebook, que analiza el mercado del libro en EE UU, su objetivo es llevarse el 50% de cada título— o comprar los títulos al precio más barato posible. Cuando la negociación no responde a sus intereses, entonces la compañía penaliza a las editoriales: los plazos de envío se alargan indefinidamente, el botón para poder encargar un libro por adelantado (muy útil para el vendedor, pero también para el editor, que puede prever mucho mejor sus tiradas) desaparece, los precios se disparan… ver en LA GUERRA AMAZON-HACETTE
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